jueves, 24 de noviembre de 2011

Documental "La Sombra del Iceberg"

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Dirigido por Raul M. Riebenbauer y Hugo Doménech Frabregat, el documental “La Sombra del Iceberg”, estrenado el 19 de Diciembre de 2008 en España, pone en duda la veracidad de la instantánea titulada “El miliciano muerto”, uno de los iconos del siglo XX.

A principios de la Guerra Civil española (1936-1939), un joven y desconocido fotógrafo llamado Robert Capa, durante su estancia como corresponsal de guerra en el sur de España, conseguía la primera foto de la historia que capturaba el instante preciso de la muerte de un soldado en pleno combate. En este reportaje, se cuestiona, con argumentos de peso, su autenticidad, llegando incluso a plantear la posibilidad de que todo lo que rodeaba a la imagen fuera un montaje. (Pulsar Más información).


Aunque las investigaciones parecen demostrar que la foto es auténtica, otros, sin negar que la foto muestre una muerte real, dudan de la identidad del miliciano muerto. En un principio se identificó al miliciano fallecido como Federico Borrell “El Taino”, combatiente republicano destinado al pequeño pueblo de Cerro Muriano (Córdoba).

Años atrás,  ya se había abierto la polémica con las declaraciones de Alex Kershaw, periodista británico, en su libro “The First Casualty”, quien afirmó, en 1975, que todo era falso y que se trataba únicamente de un montaje. No gustaron mucho estas duras críticas en los hombres de confianza de Capa, que ponían en duda su obra. Conforme avanza el documental, van apareciendo en escena, profesionales de fotografía y especialistas que, aportando una serie de datos, mantienen la incertidumbre acerca de la autenticidad de la imagen.

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En primer lugar, y un tema bastante tratado en el documental, es la identificación real de ese miliciano. Anteriormente, habíamos afirmado que se trataba de Federico Borrell, pero encontramos declaraciones como las de Fernando Verdú, contradiciendo la tesis de Mario Brotons, historiador aficionado que defendía que Borrell, era el hombre de la foto.  Verdú, forense del Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Valencia, afirmó no encontrar impactos de bala en el cuerpo ni sangre en la camisa blanca y, por tanto, llegó a asegurar que ese hombre no recibió disparo alguno. También aporta un dato curioso: en caso de defunción, la mano izquierda debería estar totalmente relajada, y no en tensión como la observamos en la fotografía.
  
En la serie de 5 fotografías que realizo Robert Capa ese 5 de septiembre de 1936, aparecen dos personas fallecidas: el miliciano y otro. Mientras que, la versión oficial, afirma que ese día solo murió un hombre. Y evidentemente no es la misma persona. Aunque las imágenes tengan parecido encuadre, observamos dos rostros totalmente distintos. ¿Cómo puede ser esto? El miliciano, por tanto, vuelve a ser un hombre sin identidad.

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Una de las voces autorizadas para tratar el tema fue la del cineasta Patrick Jeudy, quien acusó a Robert Capa de pedir a los guerrilleros que posaran para conseguir las fotografías que necesitaba. Otro argumento en contra de la identificación del miliciano como Federico Borrel, es un artículo publicado en un periódico anarquista, titulado Ruta Confederal. En él, uno de los compañeros presentes en su muerte, describe la situación y cómo se vivió su perdida. Una descripción que no coincide en nada con la fotografía de Capa.

El lugar y la hora dónde fue capturada la fotografía también son temas de controversia en el documental. La versión oficial, asegura que la imagen fue tomada en los alrededores de Cerro Muriano, concretamente en Las Malagueñas, a las cinco de la tarde. En contra, estudios argumentados afirman que se realizó a las nueve de la mañana, 8 horas antes y no en el emplazamiento anteriormente citado, sino en Cerro de la Coja.
  
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Por último, se duda hasta de si fue el mismo Robert Capa quién realizó la instantánea, al estar esa misma mañana con su novia, la también fotógrafa Gerda Taro, cubriendo la ofensiva de la CNT, dirección a Córdoba y al dedicarle curiosamente un libro tras su muerte, con la polémica imagen como portada.

Montaje o auténtica, la incógnita de esta fotografía, por muchos años que pasen e investigaciones que se realicen, seguirá sin resolverse. Eso sí, será recordada siempre como una de las imágenes más polémicas y brillantes de la historia.

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